El ser humano se ha adaptado a multitud de circunstancias ambientales adversas, llegando a habitar lugares del mundo realmente hostiles, como desiertos de hielo y arena. No hay lugar del mundo por duro y extremo que este sea en el que no exista presencia humana completamente adaptada, y la adaptación a un ambiente adverso surge del conocimiento del carácter del lugar y de sus limitados recursos, lo que también permite cambiar y crear un nuevo hábitat adecuado a las necesidades humanas más básicas.
En el mundo de la geobiología encontramos también lugares hostiles al desarrollo de la vida debido a su carácter energético particular, y como en el caso de otros factores ambientales adversos también se han desarrollado artes destinadas a transformar y crear ambientes adecuándolos para la salud y el confort de las personas.
En la práctica de la geobiología existen multitud de técnicas desarrolladas dentro del arte conocido como armonización, técnicas destinadas a transformar la calidad energética de los lugares geopatógenos y adaptarlos a las necesidades humanas de salud y confort.
Para comprender mejor esta rama de la geobiología destinada a la armonización de los espacios, Fernando ha visitado a Daniel Rubio en San Lorenzo de el Escorial para conversar sobre esta disciplina destinada a transformar la información y la energía de los lugares.
Daniel es psicólogo clínico, geobiólogo, y un apasionado de la arquitectura y los lugares sagrados donde el arte de la armonización cumple un papel realmente importante.
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